Por José María Dávila Román
En el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el gobierno de Colombia alquiló una “casita” por menos de una semana, aunque el pago debió hacerse por el mes completo por cerca de 1 millón de dólares para recibir a empresarios, intelectuales y personalidades del mundo económico con el fin de invitarlos a hacer inversión en nuestro país.
El gobierno dijo que esa inversión se recupera con las miles de personas que por consecuencia de esta exposición en Davos van a venir a Colombia. No se pensó, que, en vez de invertir esa plata en ese concepto, era mejor invertirla en construir una escuela o un hospital. Esa fue parte de la justificación que dieron para no pagar a tiempo los derechos a Panam Sports para que Colombia, con Barranquilla, fuera la sede de los Juegos Panamericanos que ya parecen perdidos.
Volviendo al Foro Económico Mundial de Suiza, allí, el presidente Gustavo Petro se mantuvo en que no permitirá más contratos de exploración petrolera en Colombia justificado en los daños que el petróleo le genera al medio ambiente. Dice que reemplazará parte de los recursos del petróleo con la producción de energías limpias como el mismo presidente las denomina, que comprenden, entre otras, la energía eólica, y solar; y, que, para su expansión y desarrollo, se requiere la extracción de más minerales de la tierra como el cobre, litio, escarnio, cobalto. Estos dos últimos también conocidos como tierras raras.
Esta transición es una realidad, en mi columna anterior comenté cómo Noruega, uno de los principales productores de petróleo del mundo, está tanteando desde ya, la posibilidad de extraer estos minerales estratégicos debajo de su océano.
En el papel, el gobierno Petro pretende avanzar en dicha transición. En el Plan Nacional de Desarrollo se incorpora el capítulo “Transición energética justa, segura, confiable y eficiente” que habla, entre otros temas, de “desarrollo económico a partir de minerales estratégicos para la transición” donde se encuentran los minerales antes mencionados.
Sin embargo, en la práctica, el gobierno Petro está lleno de contradicciones. Los proyectos de cobre más avanzados del país no tienen avances significativos. Por el contrario, a algunos de estos, el mismo presidente ha dicho públicamente que no se aprobarán en su gobierno, porque supuestamente ponen en riesgo el agua, cuando ni siquiera el gobierno tiene la información completa ni los datos para tomar decisiones de fondo.
No estamos avanzando en exploración petrolera ni en los proyectos de minería que aportarían a la tan anhelada transición.
Las contradicciones en este tema son más que evidentes, la Unidad de Planeación Minero-Energética, que es una entidad del gobierno nacional, publicó a finales de diciembre de 2023, un documento titulado “Análisis social, ambiental y económico de los principales proyectos de minería del cobre en Colombia” (ver) donde analiza los principales proyectos de cobre del país.
El único en operación es el proyecto El Roble en Carmen de Atrato que existe hace más de 30 años, de resto, ningún proyecto se encuentra en proceso de licenciamiento ambiental y a dos de estos, el presidente les ha dicho que no van en su gobierno.
La semana pasada, el ministro de Minas de Colombia y el Embajador de Colombia en el Reino Unido, anunciaban que estaban reunidos “con Rio Tinto, la segunda empresa más grande del mundo en minerales estratégicos para la transición energética: cobre, níquel, litio, sílice, etc” (ver).
El propósito del encuentro era invitarlos a hacer inversión en Colombia para explorar ese tipo de minerales; ¿qué pensarán las empresas mineras que llevan años en Colombia encontrando todo tipo de obstáculos para avanzar en sus proyectos y sin que el Estado dé garantías?
¿Se animará Rio Tinto a invertir viendo la dura realidad que sufren sus pares en este país?
Serían muy osados, en vista de que el gobierno nacional, quien es quien toma las decisiones frente a este tema, no sabe aún que es lo que quiere en minería para la transición.
*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no representan a mi empleador.
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