Por Julio César Uribe Hermocillo
@guarengue (X)
Como cada año, se celebran en Quibdó, Chocó, desde el 19 de septiembre y hasta el 5 de octubre, las fiestas patronales de San Francisco de Asís o Fiestas de San Pacho, cuya primera realización se remonta a mediados del siglo XVII, si nos atenemos a la detallada narración que hizo -en el volumen 4 de la Revista Colombiana de Folclore, en 1960- el etnólogo, investigador e intelectual chocoano Rogerio Velásquez Murillo (Sipí, 9 de agosto de 1908-Quibdó, 7 de enero de 1965), en su artículo “La Fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó”[1]; gracias al cual quedó documentado con detalle el desarrollo que entonces se hacía de esta celebración, que desde 2012 forma parte de la lista de Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, de la Unesco.
Las fiestas de San Pacho documentadas por Rogerio Velásquez hace 63 años constan, en esencia, de los mismos componentes que en la actualidad, y su salvaguarda es parte sustancial del reconocimiento patrimonial mundial. Dicha estructura organizativa y ritual data del año 1926, cuando se conmemoraban 700 años de la muerte de San Francisco de Asís; efemérides que sirvió de motivo para que el misionero claretiano Nicolás Medrano y grupos de vecinos y líderes de los nacientes barrios de Quibdó, entre los que se contaban Azarías Valencia, Balbino Arriaga y Julio Perea Quesada, dieran comienzo a un proceso de consolidación organizativa de la celebración popular en homenaje al santo de Asís como patrono de Quibdó.
Esta especie de estandarización de la fiesta tomó como base las formas vecinales preexistentes de organización de la misma e introdujo -a instancias del misionero Medrano- elementos festivos o carnavalescos de origen español, que fueron adaptados a la estética, a la usanza y a la cultura local. De esa época datan algunos de los componentes fundamentales del esquema ritual y ceremonial de la celebración de las Fiestas de San Francisco de Asís o San Pacho, en Quibdó, en los que se integran elementos religiosos y devocionales con elementos seculares o laicos de la festividad; tales como la asignación de un día a cada barrio, las carrozas alegóricas o disfraces, los monumentos o altares religiosos o arcos que se preparan para la procesión solemne del 4 de octubre, las alboradas y desayunos franciscanos con los que comienza el día de cada barrio, las comparsas barriales organizadas por vecinos y amigos, y las desaparecidas vacalocas.
Datan también de aquel periodo los llamados Gozos Franciscanos, una pieza de música sacra cuya riqueza coral y musical colma las calles, esquinas y barrios de Quibdó en la madrugada del 4 de octubre, durante la llamada Procesión de Gozos, con la que se da comienzo al día oficial de la festividad de San Francisco de Asís, que es de memoria obligatoria en el canon litúrgico católico.
Producto de un diligente trabajo investigativo durante los años 1957 a 1959, el artículo “La Fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó”, como todos los que escribió y publicó Rogerio Velásquez durante su fructífera vida profesional, es una valiosa y pionera contribución al registro histórico, etnográfico, sociológico y documental de acontecimientos culturales de alta significación en la vida de las comunidades negras de Colombia, de cuyo estudio y conocimiento es él uno de los pioneros en las ciencias sociales y humanas del país.
Publicado originalmente en https://miguarengue.blogspot.com/2023/09/el-san-pacho-de-rogerio-velasquez.html
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